Al principio del presente curso, la historia económica de la Edad Moderna era para mí poco menos que un enigma. Si bien sabía lo básico, que había podido averiguar leyendo libros sobre mis temas históricos preferidos, cualquier conocimiento más allá de la superficie me era ignoto. He de reconocer que nunca me ha interesado mucho la historia económica; siempre me he inclinado más por la historia política y social de la Edad Moderna, pero creo firmemente que todos los aspectos de la vida y de la historia están relacionados, que son importantes para conocerla desde su sentido más global hasta su aspecto más anecdótico, y me parecía importante conocerla. He aprendido bastantes cosas en esta asignatura, aunque he de reconocer que, obviamente, mucho más sobre la materia de mi trabajo que sobre el resto de los aspectos de la misma. Dada mi casi absoluta ignorancia sobre el tema, he tenido que hacer un gran esfuerzo por intentar mantenerme al día y he tratado de hacerlo lo mejor posible, tanto en el blog como en el trabajo, suponiendo esta asignatura un verdadero reto para mí. Sobre todo el blog me ha parecido una variación muy interesante: el poder poner y ampliar libremente cualquier aspecto, por poco ortodoxo que este fuera, no es algo que habitualmente se nos permita. De igual modo, el profesor está muy pendiente de nosotros en todos los aspectos, algo que es de agradecer, y también nos da confianza para intervenir en clase, si bien en los debates llevados a cabo, hablando muchas veces sobre temas mucho más avanzados a su nivel de conocimiento, no tuve muchas oportunidades de intervenir, pero se agradece la atención a los alumnos.
Los primeros días de presentación he de reconocer que nos dejaron asustados, al menos a mí. Expuesto por el profesor en lo que consistía el curso, parecía más de lo que podíamos soportar, pero luego, una vez puesto a hacerlos, se podía conseguir, aunque con mucho más trabajo que en otras asignaturas. Tras saber en qué iba a consistir el curso, comenzamos a dar teoría, empezando con una breve introducción en la que hablamos sobre el concepto de economía, los principales ideólogos y escuelas de la misma, haciendo un especial hincapié en la escuela “Annales” y en aquellos autores influidos por su tendencia, así como en el marxismo y la cliometría, mencionando a otros que por su menor importancia o general conocimiento no se explicaron de manera más específica. Posteriormente, continuamos con los antecedentes del tema que nos ocupaba, es decir, las bases de la economía en época medieval, en la que la economía, sin estar jamás conformada como tal, estaba totalmente influenciada por la religión cristiana sobre las bases del derecho romano y la tradición judía. Dentro de las teóricos existentes más o menos relacionados con la economía en la Edad Media: Santo Tomás de Aquino y Nicolás de Oresme. Posteriormente se pasó a explicar tendencias y sistemas propiamente pertenecientes a la Edad Moderna, entre las que destacaron, entre otras, el mercantilismo, la fisiocracia y los arbitristas, que personalmente me pareció esta última una clase sumamente interesante, pues el liberalismo económico de Adam Smith dióse por sabido. A continuación, pasamos a estudiar la agricultura en la Edad Moderna, uno de los temas capitales teniendo en cuenta que era el sector prioritario durante el periodo de tiempo estudiado, dado que más del 80% de la población se dedicaba a ella y que era la base de la economía de la época. Por último, dimos conceptos variados sobre la industria de la época. Por falta de tiempo, no pudimos completar el programa, aunque las discusiones mantenidas suplieron esas clases que nos faltaron, sobre todo en lo referente al comercio, ya que varios de nuestros compañeros tenían trabajos relacionados con el tema que salieron a relucir durante las clases.
Rocío Martínez López
lunes, 11 de febrero de 2008
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