miércoles, 14 de noviembre de 2007

COLBERTISMO: MERCANTILISMO FRANCÉS


Jean Baptiste Colbert (1619- 1683), nacido en Reims, fue una de las figuras más destacadas dentro del mercantilismo francés. Pertenecía a una familia de comerciantes textiles. Fue intendente de la fortuna personal de Mazarino y durante la Fronda, intermediario entre éste y la reina. Fue el creador de la contabilidad pública moderna, obligando a llevar un libro de entradas, otro de salidas y un tercero de fondos. Fue nombrado superintendente de Hacienda (1665) y secretario de Estado (1668) y de Marina (1669). Como ministro de Luís XIV, institucionalizó la exportación de productos franceses para crear oro y a cuyos efectos desarrolló de forma muy importante la industria gala. Por todo ello, el mercantilismo francés es conocido como colbertismo. Consiguió el progreso de Nueva Francia (Canadá) y convirtió este territorio en el almacén de trigo de Francia. Hasta entonces la penetración francesa en las orillas del río San Lorenzo había sido muy leve.
Su principal objetivo estuvo dirigido a la reforma financiera del Estado. La contabilidad se hizo más racional y se redujeron los gastos a la hora de recaudar impuestos. Mediante la creación del monopolio de tabacos y el impuesto del timbre, logró equilibrar la balanza de pagos. Se interesó por la creación de nuevas industrias y estimuló el desarrollo de la marina mercante para fomentar la expansión colonial. Para lograr estas metas, se fundaron las Compañías de las Indias Orientales y Occidentales en el año 1664. Con el fin de fomentar el mercado interno y el desarrollo industrial, se construyeron importantes obras públicas como el Canal del Midi.

La doctrina económica que puso en marcha está basada en la idea de que la prosperidad y el poder de un país están íntimamente unidos a la cantidad de oro que el Estado tenga en sus arcas y a la riqueza de sus ciudadanos, fomentando el proteccionismo y las industrias nacionales.


A continuación se muestra un texto que relata un Proyecto de Monsieur Colbert al rey Luis XIV de Francia sobre el comercio:

“La prosperidad del comercio depende de una profunda industria en dar valor a todos los frutos naturales del Reino en todos los diferentes usos en que pueden ser empleados. Para lo cual es necesario tener anualmente relaciones puntuales de todo lo que se produce en Francia, de lo que consume, de lo que envía a países extranjeros y de lo que recibe, a fin de hacer un cómputo del valor de las mercancías o efectos de que se descarga por su abundancia con el valor de los que recibe por necesidad. Es preciso también saber cuánto ha de pagar en especies de oro y plata por los géneros que recibe a más de los equivalentes naturales que entrega; porque no se puede dudar de que sus equivalentes no la compensan enteramente. La prueba es evidente por el gran número de navíos extranjeros que entran en los puertos de Francia cargados en parte con mercancías finas, y que se vuelven los unos con géneros de lana, los otros con efectos de mayor volumen y por consiguiente de menos valor. Y como de esta falta de equivalencia resulta que los extranjeros se enriquecen y el Reino se empobrece, es necesario sacar el desquite por los medios más naturales”.


Iciar Fernández Rodríguez

1 comentario:

David Alonso dijo...

Bien, Icíar, pero cita la fuente en la que has recogido esta información.
Un saludo